
El Porfiriato en México fue un momento crítico para la libertad de expresión, de 1888 a 1910 surgieron nuevos grupos de oposición, que despertaron la opinión pública y sin duda crearon preocupación en el gobierno. Los artículos y redacciones de estos grupos desaparecieron y sus autores fueron perseguidos y reprimidos. Esto ocurrió en 1893 con El Demócrata, de Joaquin Clausell, José Ferrel y Querido Moheno; en 1900 con Regeneración, de los hermanos Jesús y Ricardo Flores Magón; y en 1893 en La República de Alberto García Granados y su grupo.[1]
A los autores se les masacraba, o se les encarcelaba con los delitos de ultraje, difamación y calumnia o el de incitación al delito, los periodistas estaban a la merced de las personas o instituciones que se sintieran agredidos por ellos[2]. Esto se supone que proseguía cuando la incitación, la agresión o la crítica eran claras; pero el gobierno sólo respondía a los intereses de las personas de la alta sociedad o instituciones, aunque el periodista no estuviera violando la ley.
El Porfirismo se caracterizo por ser un régimen intolerante y autoritario ante la libertad de expresión, esta no era una realidad y lo poco que se decía o escribía era manipulado por el gobierno, tal es el caso del periódico más importante de la época El imparcial.
1-Daniel Coso Villegas, Historia Moderna de México, Vida Política Interior, México, Hermes 1972,p. 525
2-Daniel Coso Villegas, Historia Moderna de México, Vida Política Interior, México, Hermes 1972p.573
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